Conozca a “Ana”, la revolucionaria que montó su peluquería ambulante en pleno centro de Caracas, para atender a chavistas y caprilistas
7 agosto, 2013
“Soy revolucionaria, pero de la obra del presidente Chávez, lo que se llama Revolución Bolivariana”, dice doña Ana mientras le corta el cabello a un cliente bajo la improvisada carpa roja, el color del chavismo, de su particular establecimiento.
“Tuve la idea de
hacer algo más que todo social para el adulto mayor. No se afeitan
jóvenes porque se necesita máquina eléctrica y yo uso todo aquí manual”
Su negocio de corte de cabello, sólo para personas de la tercera edad, como
advierten dos carteles a la entrada, está instalado en la acera de una
congestionada vía, a pocos metros de un enjambre de motos, masivo medio
de transporte en la capital venezolana.Una sombrilla, un par de bancos de plástico, también rojos, y los instrumentos de trabajo, tijeras, peine y una antigua afeitadora manual, conforman esta peluquería al aire libre. En una pared, un pequeño espejo permite al cliente revisar el resultado final.
El corte tiene un “precio solidario” de 35 bolívares y que representa menos de la mitad de un servicio en una peluquería común.
La Barbería Popular de Anita, que recibe en promedio a una decena de clientes, abre a las 08H00 y cierra al mediodía, porque la peluquera estudia por las tardes en la estatal Universidad Bolivariana de Venezuela o UBV, donde está a punto de terminar la carrera de estudios jurídicos.
“Llevo casi ochos años estudiando… Chávez se preocupó por colocar el bachiller y luego la universidad” para las personas mayores, añade Ana, quien se quiere especializar en derecho fiscal y no duda trabajar en oficinas tributarias, ya que en su juventud fue secretaria en despachos fiscales.
Corte de cabello para chavistas y opositores
Mientras atiende a sus clientes, la peluquera conversa. Da consejos, como “tomar mucha agua para que se nos hidrate la piel a las personas mayores”. O habla de Chávez, siempre en tiempo presente “porque no se ha ido”, dice sobre quien considera “un hombre muy leído, con una gran cultura, un filósofo”.
“Yo igualito que le hago un trabajo a un revolucionario se lo hago a una persona que no sea de la revolución”
Los
peatones que pasan la animan, entre ellos una señora que la describe
como una “verdadera revolucionaria”, o un motociclista que da servicio
de taxi y trae a todo volumen un equipo del que suena una melodía que
proclama que “hay que seguir luchando con el martillo y la hoz”.La mayoría de los clientes son chavistas, pero Urdaneta también atiende a opositores.
“Yo igualito que le hago un trabajo a un revolucionario se lo hago a una persona que no sea de la revolución. Porque hay que tratar de atraer a gente para este ambiente revolucionario y no correrlos como hacen muchas personas, que corren a la gente”.
Juan Mateos, un abogado de 59 años, revisa su corte y paga gustoso el servicio. “Vengo desde hace dos años, más que todo porque es corte con pura tijera. Y me siento a gusto, es una señora que atiende muy bien. En otras (peluquerías) son jóvenes y no te tratan bien”, comenta.
Sobre el actual presidente Nicolás Maduro, que asumió el poder el 29 de abril luego de una elección extraordinaria tras la muerte de Chávez el 5 de marzo, y que se presenta como el “hijo político” del comandante, Urdaneta encoge los hombros y parece reacia a hablar.
“No me he detenido a estudiarlo, ahora es que se le viene a conocer (a Maduro). Está comenzando, vamos a ver qué le depara su mandato (…). Pero a Chávez no lo reemplaza nadie, ni sus propios hijos”, sentencia.
Por Sofia Miselem/AFP
Foto: AFP
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